Ya que estamos en el mes de la mujer,
como sociedad queremos entender ¿qué significa ser mujer en Colombia? Significa
vivir en una sociedad con doble moral. Que los mismos que dicen que no al
maltrato y al acoso son los mismos que dicen “¿qué haces tan linda y solita?”, “hola,
mamacita rica”, “si como camina cocina me le como hasta el pegao”, entre otras
palabras y frases estúpidas y sexistas que lo único que hacen es generar miedo,
desconfianza y alimentar estereotipos que ubican a las mujeres como un objeto
sexual banalizando, por ejemplo, sus capacidades cognitivas.
Uno de los casos más polémicos de los
últimos tiempos fue el del acoso sexual y laboral hacia las “chicas súper
poderosas” de la selección sub 17 de fútbol. Según (el
diario El Tiempo) “Carolina Rozo, ex
fisioterapeuta de la Selección Colombia Sub-17, y John Cano, padre de una de
las jugadoras que fue víctima de abuso, se sumaron a las voces que denuncian
casos de acoso sexual en ese equipo, señalando, particularmente, al técnico
Didier Luna y al preparador físico Sigifredo Alonso.” Un
hecho que se agrava si tenemos en cuenta que ya no solo estamos hablando de
mujeres, sino de menores de edad.
¿Pero, qué hizo la federación colombiana de fútbol? Decirle
no a la liga profesional femenina y asistir a un encuentro programado por
Martha Lucía Ramírez, vicepresidente de la república, para analizar los hechos
descritos y para revisar temas como el de las difíciles condiciones salariales
a las que se enfrentan, condiciones que las obligan a tener más de un empleo para poder vivir de
una manera digna, a usar uniformes usados, sucios y más grandes pertenecientes
a la sección masculina. Ese es el trato que se les da a las mujeres que nos
representan, que consiguieron el título de la Copa Libertadores con el Huila,
que obtuvieron los subcampeonatos de la Copa América Femenina en las ediciones
de 2010 y 2014, que les han bastado para estar en los Mundiales de 2011 y 2015,
y los Juegos Olímpicos de 2012 y 2016 respectivamente. A estas mujeres, a estas
deportistas que decidieron no quedarse más tiempo en silencio, les quitaron su
ilusión más grande, la de poder jugar de forma profesional el deporte que tanto
aman en su propio país, el mismo país que les ha dado la espalda y que las ha
ignorado y maltratado tantas veces.
Lamentablemente no
es el único hecho que tiene a las mujeres como tema de controversia. Tan bien
están los múltiples feminicidios en el país. Según (EL DIARIO VICE) en el 2018 hubo un total de 297 casos de feminicidio
en el país, de los cuales 37 fueron menores de 18 años y únicamente 37 casos
fueron judicializados por la fiscalía.
En lo que lleva del
2019 se conocen 14 casos de asesinato a mujeres, en la mayoría de los casos
perpetrados por sus parejas o exparejas sentimentales. ¿Esto qué quiere decir?
Que aun los hombres siguen creyendo que las mujeres son de su propiedad, que
son un objeto más que pueden poseer. Pero este pensamiento debe acabar. Y por
ello se han creado varios movimientos y ONG que sirven de apoyo, pero también
una conciencia difundida a través de los medios de comunicación que genera un
poco de esperanza en medio de esta sociedad patriarcal.
Por último, pero no menos importante, queremos
hablar de la tasa de desempleo de las mujeres, que es un 70% mayor a la de los
hombres. Según (Caracol
Radio)
“La tasa de desempleo anual de las mujeres
es de un 12 % promedio mientras que la de los hombres se ubica en 7,2 %”. En lo
que se refiere a la educación, muestra que un 30 de las mujeres de edades entre
15 y 24 años no estudian ni tienen un empleo digno."
¿Todo esto porque se da? Como antes lo
mencionaba, porque nuestra sociedad aun no respeta a sus mujeres.
Seguiremos jugando a las escondidas con los
feminicidios, el acoso y desempleo de las mujeres, considerándolas “el sexo
débil”. Pues ya no más, llegó el momento para salir a gritar: 1…2…3 por los
derechos de todas las mujeres.
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